INTRODUCCIÓN

En el Año 2000, la señora Rosalía Taglialavore ("María"), a instancia de "los Superiores", residentes en una Base Antártica, comienza a publicar por internet los Mensajes de éstos para el Mundo, y su historia. De esta manera, la contactada Rosalía, se convierte en LA VOCERA DE ANTÁRTIDA ANTE EL MUNDO.

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DESCARGA LIBRO "ANTÁRTIDA EXTRATERRESTRE", la increíble Historia de Rosalía Taglialavore

HISTORIA DEL CONTACTO EXTRATERRESTRE MÁS IMPORTANTE DE LA HISTORIA

Rosalía habla de sus 4 cuñadas

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ROSALÍA NOS CUENTA AHORA SOBRE:
- SU CUÑADA “ADELITA” (1931-1952) (21 años)
- SU CUÑADA ELENA (1916 – 1950) (34 años)
- SU CUÑADA ANA VICTORIA

- SU CUÑADA BENJAMINA, Y LA BRONCA DE LA SUEGRA POR LA SALUD DE SU NUERA
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ROSALÍA NOS CUENTA AHORA SOBRE SU CUÑADA “ADELITA” (1931-1952) (21 años)
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“Retrocedo”, aunque esto ya lo expliqué al principio de la página; Mi suegro y mi suegra se levantaban a las 7 de la mañana y tomaban mate. Ella se iba y él quedaba solo hasta que yo llegaba. Esto fue así durante años ya que yo no sabía el tema, que la familia o mejor (dicho) las chicas tenían tuberculosis.
Cuando me casé (en Noviembre de 1945) entré en esa familia, a la más chica (“Adelita”) la pusieron a los meses (en 1946), pupila de las Monjas, yo tenía 15 años y la piba recién cumplía los 14 años... en Mayo igual que yo, éramos de géminis; signo dual de aire, volátil, alegre chispeante, nos entendíamos, divinamente, pero lo bueno dura poco para mi, ya que las Monjas Adoratrices recién reciben pupilas desde de los 14 años, recuerdo, como lloraba ella: “¡No mamá no me encierre, yo me voy a morir si usted me encierra!”, y la madre (la coya) tenía el corazón más duro que el pedernal, así fue que la encerró. Yo iba con mi suegra todos los domingos a las 2 de la tarde a verla y que vea a mi “gurí” (el bebito Luis Felipe), que ella lo quería y lo hacía renegar.
(1949) Cuando tenía los 18 años  las monjas, lo llaman al padre, mi suegro, que fuera a “retirarla” que estaba enferma, claro si ella se desmayaba, frente al altar y siempre la encontraban allí. Al final mi suegro le avisó a mi cuñado (Luis, padrino de Luis Felipe), al que la familia le decía “El Cacique”, él la fue a buscar y la llevó e internó en La “Liga Argentina Antituberculosis”, que estaba en San Martín y Ayacucho. Allí estuvo de los 18 a los 20 (1949-1951), esta piba se llamaba Adela (y la otra enferma, Elena, recién casada)... lo volvieron a llamar a mi suegro que la fuese a buscar que le daban el alta, que estaba curada. (1951, Adelita tiene 20, y  Elena tendría unos 35).
Yo viviendo en el Saladillo (Barrio del sur de Rosario) porque mi suegro así se lo ordenó a mi marido, ya que un día mi suegro me dice (le pregunta) si mi marido me había dicho que las chicas (Elena y Adelita) tenían tuberculosis y yo que infierno sabía, y me dice: “¡y cómo... tu marido no te dijo nada, para que cuides al nene!”, y le dije que no, “si mi marido me dijo que él se iría a Villa Diego y ella, la que se llamaba Elena, como yo (Rosalía Elena Taglialavore) iba a venir a vivir conmigo”. Y mi suegro casi explota y le pegó un levante que yo ya no entendía más nada. O sea que a ella (a Elena) la intentaron en el Hospital Carrasco, donde estaban los (enfermos) infecciosos, pero lo más desconcertante de esto es que ella hacía (tan solo) dos meses que se había casado y el médico dice que no tiene cura y que solo hay que esperar el desenlace. Yo siempre la calmaba (a la Elena) porque tenía 30 años (ya) y (aún) estaba soltera y le decía solterona, ya que yo tenía mi hijo de 8 o 9 meses y tenía 17 años y le decía que se quedaría a vestir santos.
(Rosalía cumplió los 17 años el 30 de Mayo de 1947.  Según lo dicho ACÁ, Elena le lleva 13 años a Rosalía, y por ende nació en 1917) (Luis Felipe cumplió los 8 meses el 28 de Junio de 1947).
Pero pero el casamiento de ella (fue muy discutido y complicado ya que él era judío, se llamaba Moisés y la iglesia no lo aceptaba y ella lo quería, entonces lo bautizaron, mi suegro y suegra fueron los padrinos y a mi me decían que era la mezcla de la sangre, lo que la infectó a ella... quilo sa... “¿pero en dos meses?”.
Aclaro que esto lo estoy escribiendo a pedido de las “chicas”... así es a pedido de Adelita y Elena, ya que del otro lado me lo exigen.
Bueno quedamos que cuando le dieron el alta a Adelita yo estaba viviendo en el Saladillo. (1951, Adelita tiene 20, cumplidos en mayo). “Pasa, qué pasa”, que justo sale para los Carnavales (Febrero de 1952), pienso que ella debe haber presionado para que la dejen salir.
Bien, qué puedo decir de esta piba... que la internaron a los 14, estuvo hasta los 18 (1949) vestida de “Seráfica”, monja de casa... no sé y sale y mi suegra la “Coya, sin desmerecer a los coyas”, ya que estuve más de 5 años con ellos (los coyas, en Jujuy, 1976-1981), ¿qué hace esta mujer?, la lleva todas las noches a los bailes. La piba era un ángel, blanca como la leche, 4 años sin tomar sol (en el pupilo) y dos (años) en “la Liga” (Argentina Antituberculosis); la cuestión que los muchachos estaban locos por ella y la empaparon tres noches, (la empaparon por los Carnavales) de las 10 de la noche a las 5 de la madrugada empapada, al cuarto día comenzó con fiebre, yo volé a verla y cuando la veo me dice: ¡Ay... vos sabés lo que me está pasando?, pero no le digas nada a papá ni a mamá, pero cuando me siento en la cama es como si una botella hiciera, glu glu glu... y claro surgía un flor de problemón, que cuando lo llamaron a mi suegro, él ves de llamarlo al Cacique, se la llevó y ahora quién le ponía el cascabel al gato, tuve que ir (yo) y aguantarme el sermón y pedirle que la venga a buscar, que la lleve al médico. Al final aflojó y me dice: “Deciles a mamá y a papá que estén listos que paso por los tres para revisarlos”, y así fue que vino a las 7 y los llevó. El médico dijo: “Pleura, agua en el pulmón”.
De tener tantas horas la ropa mojada, absorbió el vapor el cuerpo. A partir de ese momento el médico ordenó cama e inyecciones.
O sea que debí comenzar a ir (al caserón de Villa Diego) todos los días a la mañana desde el Saladillo a atenderla, ya que la mamá se fugaba porque decía que no la podía ver sufrir...?????
Mi cuñado (Luis, padrino de Luis Felipe) me ofreció que le dejase el nene que lo cuidaba su mujer (Susana, la “víbora”) y a la noche, pasaba a buscarlo, además ellos eran tíos y padrinos.
Eso sí, en los 14 años (Octubre 1947- Octubre 1960) que nació mi hijo, nunca se le festejó un cumpleaños, y él me decía: “¡Por qué al Pochi, al Dani, a la Adriana y a la Negrita le festejan el cumpleaños y a mí no?” y yo le decía que porque ellos no se acordaban “por sí solos”, entonces había que hacer una fiesta para recordárselo, en cambio vos te acordás solo, sin que te tengan que hacer una fiesta, “para qué?, si total vos sabes que existís, estas acá, no precisás que el Tío y la Tía (los padrinos) te lo recuerden” .
Era, fue un tema que tenía que tragar saliva por partida doble ya que a los 10 de la familia, los domingos, siempre cumplía alguien o mejor dicho era para festejar algún cumpleaños.
Por supuesto si yo era la Muchacha... no me festejaron en 15 años de casada...???, pero lo que debía trabajar los sábados y domingos para esa jauría!!
Prosigo con mi cuñadita Adelita. (le diagnostican Pleura en Febrero 1952).
Cuando yo llegaba a las 9 de la mañana mi suegra se hacía vapor (se hacía “humo”, se iba) y recién desayunaba, así transcurrieron otros 2 años, hasta una mañana que llegué, le quiero dar el desayuno y me dice: “No, no quiero nada”, “¿Por qué, qué te pasa?”, y me dice : “¿Para qué, si ya no vale la pena?”, y le digo: “Qué te pasa, no me vengas con cuentos! y se pone a llorar, - “¿Qué te pasa, contame!, y me dice que a las 7 cuando papá y mamá tomaban mate junto a la ventana, -“Senti que hablaban de mí, y mamá le decía qué pasa, que ya no la llevan al médico y papá le dice para qué, dijo el médico que ya no vale la pena hacerle más nada, solo esperar” y yo le digo: “¿sonsa, y vos le crees a los médicos?, si me dijeras que ellos tienen una fórmula para preservarse ellos de la muerte, allí si les creería, pero vos... que estuviste en un colegio católico... ¿cómo podes creerlo, no viste que ellos dicen: La ciencia ya hizo todo lo que pudo, ahora está en manos de Dios... y qué más querés, o acaso vos ya no crees más en Dios?” , “Si, si, si yo quiero vivir”.
Al  día siguiente de este mal trago, voy a mi cuñado (Luis, el “Cacique”) y le digo hacer algo y me dice que ya no hay nada que hacer, y le digo de llevarla a San Nicolás, que allí hay un algo así como un instituto y salta mi cuñada (la Susana), o sea la esposa y me dice:“para qué llevarla a morir a San Nicolás, pudiendo morir aquí”, y casi me la como cruda como un rabanito y le digo:“¡escúcheme... si usted tuviese una hija.... pero qué digo, si usted tiene una hija de 18 años... y supiese que hay una oportunidad no lo iba a intentar!”, y mi cuñado (Luis) le dice: “vos no hables más”, y yo me pongo a llorar y le dije: “Hágalo por su hija que Dios lo va a ayudar” y me dice: “Bueno andá y deciles que mañana a las 7 los paso a buscar”.
Me fui saltando de alegría y disparando a darle la noticia y le digo: “Adelita qué queres tomar” y me dice: “quiero algo pero... no sé si vos me vas a querer dar”, - “Decime lo que vos quieras”, - “Para festejar, cebame unos mates” y le digo:“Bueno vamos a tomar mates cebados de primera”, y tomamos los mates de despedida.
La familia.... si tomaban un cubierto, un vaso, o un plato, le echaban con la pava delante de ella agua hirviendo, y ella lloraba. Ya sé que es la forma que se hace para matar los microbios, pero... en fin.
Fuimos a San Nicolás (ciudad al norte de la provincia de Buenos Aires, a 70 km de Rosario) y todo de 10... la aceptaban, pero el reglamento era que para internarse (….? Alguien debía quedarse con ella..?) y como fuimos mi suegra, mi cuñado (Luis) y yo, ella me dice: “Me bañás vos, no quiero con mami... pero no me mires” y le digo: “si... a lo mejor tenes algo fuera de lo común”.
Vamos al baño, pleno julio, no tenían agua caliente y me traen una pavona como de 5 litros hirviendo y un balde y un jarrito, era un internado de monjas, la bañé y la envolví en un toallón, “que la vamos a pesar”... la pesan; 23 kilos, y enseguida corrió la pesa y dice: ”¡23!” y le digo: “no tonta, 32, ya ni ves los números”.
Nos fuimos de vuelta y volveríamos el domingo a verla, era jueves. Al domingo fuimos con mi suegra y estaba rozagante, hasta había engordado y le pide a mi suegro, que traiga para el otro domingo, lana, que quiere hacerse una mañanita y fuimos las dos, y le llevamos la lana y al volver el domingo siguiente ya había empezado la mañanita rosa, las monjas le enseñaron el punto garbanzo, y nos fuimos, estaba loca de la alegría y gritaba: “¡Quiero vivir!”.
Y a eso de las 8 de la noche, ya habían apagado las luces y avisaron por radio que falleció Evita...
(El 26 de julio de 1952 a las 20:25 Evita, jefa espiritual de la Nación, pasaba a la inmortalidad. A los 33 años).
…y todas las monjas, las enfermeras (empezaron) a llorar a los gritos. Ella se asustó tanto que le dio un infarto, bueno... lo que fue traerla, el papelerío por el control, el tema es que cuando la traían llovía a cántaro, veredas de barro... fue una odisea, sin contar la perra de mi concuñada (Susana), empezó: “avisto, yo sabía, yo lo decía... y para qué, 2 semanas...”.
A esto, al tiempo, una de mis cuñadas me dice: “yo nunca voy a olvidar lo que hiciste por mi hermana”, ¿y qué hice?, le digo, sin saber con que me iba a salir, y me dice: “que les hiciste abrir el cajón a los de la cocería y la abrasaste y te pusiste a llorar”, y yo estuve tan mal que si no me lo dice ni lo sabía y que el hombre me saco y dijo: “bueno señorita lo tenemos que cerrar no podemos dejarlo abierto, por el contagio, que despiden los microbios”.
Bueno se fue Adelita, le había dicho a la familia, si me muero todo lo mío, mi ropa, zapatos, queda para ella, por mí, y a veces me hacía enojar y me decía: “te crees que yo no se que estás esperando que me muera”... sin palabras.
Juntaron todo y lo vendieron, porque decían, precisaban el dinero, “SE FUE ADELITA, MI ANGEL”.


(Adelita: Mayo 1931 – Julio 1952)

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ROSALÍA NOS CUENTA AHORA SOBRE SU CUÑADA ELENA (1916 – 1950) (34 años)

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Prosigo con mi otra cuñadita que estaba internada en el (Hospital Intendente Gabriel) Carrasco, para infecciosos.
Un 1° de Mayo (feriado, día del trabajador) estaba toda la familia reunida en Villa Diego de empanadas, asado y locro. En eso... estoy en el fondo del terreno de la casa y la veo que pasa por el tejido y salgo corriendo a los gritos: “¡Vino la Elena!” y  se alborotó la casa, ya que estaban todos los chicos, yo idiota de mi, corro y la abraso y le doy un beso, ella entra y se reúne la familia a puerta cerrada, cuando salen, veo una “hostilidad” conmigo que no entendía.
Una que al ser 1° de Mayo no andaban ni los colectivos ni los taxis, o sea que se vino caminando!!... que se yo... unas 50 o 100 cuadras, desde Alberdi a Villa Diego, o 200 cuadras, no tengo idea!!.
Le dieron, un plato de locro y la llevó en el auto mi cuñado.
Como esta cuñadita (Elena, nacida en 1916) se enfermó a los 2 meses de casada (a los 32 años, en 1948) ella tenía su casa amoblada y su esposo (judío convertido cristiano) Moisés. Al final ella no quería estar más en el hospital y quiso volver a su casa  y que le pusiera el marido las inyecciones.
Yo no sabía de su estado ni preguntaba nada por la “Hostilidad”.
(A todo esto, Adelita estaba en La “Liga Argentina Antituberculosis”, donde estuvo de 1949 a 1951).
(1949) Después de este mal trago pasó un año y mi marido me supo decir, que no se me ocurriera ir a verla. Y yo pensé... me cuida... ¡que va!
(1950) Al año me manda a llamar, el marido de ella (Moisés)  le dice al mío (Rubén Darío), ya que trabajaban juntos en el frigorífico, y fui.
La Elena me abrasó y besó, y me dice que quería que la perdonara y le dije de qué?, y me cuenta: “Vos sabes que mamá me vino a decir al hospital que vos estabas viviendo con mi marido, que mantenías, relaciones y por eso me vine del hospital, pero mi marido me juró que era mentira, y vos imaginate ponete en mi lugar, como mi madre me hace esto, está bien suponte que es porque te odia a vos, pero, ¿y yo?”, yo me puse a llorar y ella a consolarme y al final lloramos las dos, y me dice: “¿Me perdonás por haberle creído a mi mamá?”, - “Pero Elena, Elena ni me lo preguntes, vos sos la víctima de esta intriga, yo soy la que te tiene que pedir perdón a vos, que ayas sufrido tanto tiempo sola esta infamia”, -“Te pido que la perdones a mamá”.
A las 2 de la madrugada un vecino, vino a avisar que fueran urgente que ya se cortaba, fue mi suegra, mi suegro y mi marido, la friccionaron con alcohol, ya que hasta que se apagó gritaba del dolor infernal corporal.
Qué puedo decir de esto, que me llamó cuando se sintió morir.
Se fueron las 2 enfermas de lo mismo, la más chica y la más grande, las 2 chicas que más quería... 2 ángeles... y por ellas lo hago.
Son las 2 que no sé, cómo hacen de arriba, hace años me aferraron las 2 y me decían: “vos lo tenes que hacer, vos sos la única, vos podes, nosotras no, no podíamos ni debíamos”.
Pero no me dicen qué, que es lo que debía hacer... y recién me dicen que esto... lo que estoy haciendo, que su Familia, la familia de ellos sepan, yo no conozco a nadie, ni nada material, ni rencor me impulsa, yo ya estoy más allá de todo, curtida... curada de espanto, y a soportar las consecuencias, lo hago para que las chicas y mi suegro descansen en paz, no me guía nada mezquino.
Cuando yo me casé (1945) y pasé a formar parte de esta aristocrática familia, mi cuñada Elena, la mayor de las mujeres tenía 30 años, ella me dijo: “ya que viniste vos, yo te dejo la posta y me voy a trabajar cama adentro, y vos te quedás en lugar mío, y ahora vas a saber lo que es bueno”, yo no entendía nada, claro estaba harta de que la madre se haga humo y la largue con toda la casa. Se fue a trabajar cama adentro a la casa de una familia noruega, era el tiempo de la guerra, ellos eran navieros y viajaban continuamente, o sea que ella hacía de casera, me supo llevar a conocer y me quedé encantada, la casa adentro era un barco, la mesa y los bancos largos como los de playa pegados al piso y 4 barras de madera que atravesaban la mesa y seguían hasta el techo, servían de patas, pero lo más notable era el piso de listones de madera de una sola pieza, el comedor era un barco, a mí me encantaban los noruegos... vendrían cada mes ... o más, mi cuñada Elena estuvo desde los 30 a los 32 que se casó con Moisés, y al mes se enfermó y a los 2 años se fue, “pasando a otro tema y a otro mundo”.
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“…Yo siempre la calmaba (a la Elena) porque tenía 30 años (ya) y (aún) estaba soltera y le decía solterona, ya que yo tenía mi hijo de 8 o 9 meses y tenía 17 años y le decía que se quedaría a vestir santos.”

(Rosalía cumplió los 17 años el 30 de Mayo de 1947.  Según lo dicho ACÁ, Elena le lleva 13 años a Rosalía, y por ende nació en 1917) (Luis Felipe cumplió los 8 meses el 28 de Junio de 1947).

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ROSALÍA NOS CUENTA AHORA SOBRE SU CUÑADA ANA VICTORIA

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Después que se fueron las 2 chicas quedaba la tercera (Ana Victoria) que también se enfermó, con esta como estaba casada y tenía un hija de 8 años, allí la encaré y le dije de todo, menos linda, me dijo los síntomas y le dije: “Señora hágase ver, ya no ponga en riesgo a la nena” (a Adrianita), y me dice: “Si, pero vos sabés lo que me va a salir si voy a un médico y luego... si tengo que hacerme un tratamiento???”. Y le dije: “¿Cuántas veces vas a estrenos de teatro y cines?, sino quiere hacerlo por usted hágalo por su hija”, y así fue, el marido la acompañó y yo me quedé con la nena. Viene y dice que tiene cavernas en los pulmones, que debía estar estrictamente en cama, 2 litros de leche por día y ½ kilo de hígado crudo y alejar la nena por lo menos tres meses, yo la iba a cuidar... el hígado  crudo en sellos o cápsulas, triturado, y mucha fruta, engordó como 20 kilos, estaba rozagante, inyecciones de estreptomicina y oro, la cuestión que no solo se curó, quedó hecha una ternera.

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ROSALÍA NOS CUENTA AHORA SOBRE SU CUÑADA BENJAMINA Y LA BRONCA DE LA SUEGRA POR LA SALUD DE SU NUERA

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Quedaba la 4° (Benjamina), pero ella estaba casada con el administrador de una mutual, o sea que tenía médicos y remedios a su disposición, salió indemne de esta batalla.
Pero, pero lo que más las enervaba, tanto a mi suegra como a estas dos últimas hijas era yo y siempre yo. Yo era el misterio de todo, tanto me mortificaron desde que ingresé a esa casa que es de no creer, o para estudiarlo psicológicamente para tratar de desentrañar, qué tenían en la cabeza esta gente, que Dios me perdone... pero con todas y tantas intrigas y taradeces que me tuve que deglutir, que al final me lo tomaba en broma y me atacaba la risa o me lo hacían los “Extras” para poder resistir los embates, no creo que cualquier ser hubiera aguantado lo yo.
Empiezo... cuando entro a formar parte de esta “sainete”, más comúnmente llamado Familia y... “que mi madre me había casado con premio”... como vienen los huevitos de pascua, yo... los y las miraba, seria y largaba la carcajada, y no les contestaba, nunca les contesté ni a las indirectas o injurias.
Si yo tengo que decir mi visión; los veía chiquitos, miserables, mezquinos de alma, seres miserables empequeñecidos... de desconocer el amor, la solidaridad, la humildad, el desprendimiento... ruin, carentes, de amor y cariño fraternal... “0”, nadie quería a nadie, ni existía el compañerismo ni entre hermanos, ni los hijos con los padres, ni los padres con los hijos, yo me quedaba espantada, ¡qué orfandad!, como se puede vivir así tan vacíos, huecos de sentimientos, vivir egoístamente, para sí, desvalorizando al prójimo con rencor a todos y a todo.
Claro, yo recién me enteré, de las discordias y el problema de las trifulcas, domingueras, cuando ya mi querido Abuelo o sea a mi suegro, ya dejaba el mundo.
Prosigo el tema, de si mi madre me casaba porque tenía premio, siempre hasta hoy me tienta a la risa.
Después, el tema de porqué sus hijas, gorditas y rozagantes y se morían, se enfermaban y se morían y yo con 40 a 42 kilos estaba allí... “esa es otra que no podían digerir”, mi suegra me decía: “¿No te parece raro que mis hijas se enferman y se mueren y vos no, qué raro, no?”. Allí ya no me reía, pero le decía: “Ay abuela, Dios sabe lo que hace, si me lleva a mí, ¿quién los va a cuidar a ustedes?”. O sino les decía que el Tata Dios se iba a enojar por las cosas que decían, ustedes tan católicas... las chicas desde los 6 a los 22, orando...
Un día me animé y le pregunté al médico como era el tema.
Primero de todo me dijo, urgente tiene que separar a su hijo de los enfermos y le dije como tenía que hacer, y me dijo:“Si usted ve que hay un brasero y usted sabe que su hijo se va a quemar, ¿no lo va a sacar?”, - “si pero vivimos todos en una sola familia”, - “Sáquelo llévelo a otra parte”, ese era mi problema, mi terror, el no verlo más, el nene tenía 18 meses (1948), y se enfermó, le hice un enérgico tratamiento y se curó.
(Elena y Adelita enfermaron en 1949, Felipe tenía 3 años. Murieron 1951-1952, Felipe tenía 5-6 años).
Pasaba lo siguiente; un día viene mi hijo, que él siempre me llamaba “Tata”, ya que mi suegra le prohibió decirme mamá... entonces viene el compadreándome, y me dice: “Miá Tata que dio la Avela”... y me muestra el mate, que le estaba dando a mi cuñada Elena que ya le quedaba poco, y yo cuando veo, le quito de un manotazo y le doy una cachetada, ya sabés que no quiero que tomes mate, va llorando y le dice: “¡Abela, la Tata me lo quitó” y mi suegra me grita: “qué te anda pasando a vos, si tenes algún problema conmigo, no te la agarres con el chico”. Qué le podía decir, que no supiese, lo hacía del veneno que tenía, encima lo mío no era ningún misterio, me lo explicó el médico, cuando estuve de mi “abuelita”, postiza, la judía y me tenía encerrada en el gallinero, ¡el hambre espantoso que pasé! Y comía frutas verdes, raíces, brotecitos, en fin me enfermé de los dos pulmones, así le expliqué al médico de “Unione e Benebolenza” que me sacó una radiografía y tenía secuelas en los 2 pulmones pero que como era de contextura fuerte me había curado sola, ¡sí, justamente... me curaron de “arriba”!, entonces al haber estado enferma, yo estaba inmunizada, yo vivía pidiendo que me dejaran atenderlos a todos y después me lleven...guauu, grrr, miau.

Hasta el médico que lo atendió a mi hijo también “se fue”... el nene se curó, le hice estreptomicina y otras y se curó.

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